jueves, 11 de agosto de 2011

MARÍA DEL TRÁNSITO CABANILLAS

El anuncio de que, el 14 de Abril de 2002, el Papa Juan Pablo II, proclamara Beata a la Madre Tránsito Cabanillas, nos ha llenado el corazón de un gozo profundo y nos ha comunicado un vivo entusiasmo y gran dinamismo espiritual y cultural.

No sólo están de gozo y de fiesta las Hermanas Terciarias Misioneras Franciscana, fundadas por María del Tránsito, sino también la Iglesia y la Patria, porque toda beatificación es una gloria y un lucero de esperanza y de aliento, especialmente en estos momentos de crisis y de contrastes sociales y económicos.

Los Santos son siempre una maravilla de la Gracia y una bendición especial del Señor para una nación. Los santos, por cierto, no necesitados de nuestras fiestas ni de nuestros homenajes, ellos ya gozan de Dios y de la Virgen; y nosotros necesitamos de sus ejemplos, de su ayuda, de su intercesión, de su magisterio. Por otra parte, los santos, las benditas almas del purgatorio y los hombres no formamos tres grupos separados, sino una sola familia, la familia de los hijos de Dios en distintos estados y todos hermanos entre sí.
San Pablo diría que formamos un solo cuerpo, del que Cristo es la cabeza y los cristianos los distintos miembros, vital y armoniosamente unidos.

Tránsito Cabanillas nació un 15 de Agosto de 1821, en la Estancia Santa Leocadia, en lo que es hoy Villa Carlos Paz, junto al Lago San Roque (Córdoba). Los padres Felipe Cabanillas y Francisca Antonia Sánchez, eran de rancio abolengo cordobés y, sobre todo, de admirable vivencia cristiana.

He aquí algunos de los rasgos de la personalidad de la Beata: Fue devota colaboradora en la obra de los Ejercicios Espirituales, infatigable catequista de los niños y fervorosa discípula de San Francisco de Asís como Terciaria franciscana. Abnegada enfermera durante las terribles epidemias del cólera en el año 1867 y de la fiebre amarilla en el año 1871. Caritativa Vicentina en las visitas a las familias necesitadas.

En el año 1870, el Señor le inspiró fundar una casa de Penitencia de San Francisco pero, como no tenía ningún recurso, intentó responder a la llamada vocacional entrando primero entre las Carmelitas de Buenos Aires y después entre las Hermanas de la Visitación de Montevideo. Sin embargo la enfermedad la obligó a salir del claustro porque Dios la tenía destinada a una misión más grande.

En el año 1878, se llevó a cabo la fundación de las Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanos. El señor Agustín Garzón, donó una manzana de terreno en el barrio de San Vicente de Córdoba. Con el dinero que le había dejado en herencia su hermano sacerdote Emiliano y algunos recursos personales, la Madre Tránsito, comenzó la construcción de un minúsculo convento al servicio de la niñez desvalida. Poco a poco el instituto progresó, se expandió y fundó el Colegio del Carmen de Río Cuarto y el Colegio San Francisco de Villa Nueva, ambos en la Provincia de Córdoba.

El Padre Quírico Porreca, se interesa por el proyecto de la Madre y ella le solicita la dirección de la nueva Congregación por un tiempo. El Padre Quirico aceptó gustoso el cargo, pero con el tiempo y movido por sus ambiciosas aspiraciones, desplazó a la fundadora y comenzó a mandar el. La pobre María del Tránsito, puesta en una encrucijada y como tenía presente que “La unión nace de los corazones humildes” aceptó la humillación para evitar problemas y dificultades al Instituto y se retiró a una pobre celda, llevando una vida de silencio, oración y de labores femeninas. Ella quería ser la humilde servidora del Señor y una lámpara viviente del Sagrario.

Este heroico gesto de humildad y de mansedumbre, purificó y hermoseó el corazón de la Madre Tránsito. Antes de morir hizo esta hermosa promesa: “ Hermanas, yo ya no les hago falta, porque no puedo hacer nada, pero cuando muera, desde el cielo les haré mucho bien.
La Madre Tránsito Cabanillas, murió santamente el 25 de Agosto de 1885, fiesta de San Luis, rey de Francia, patrono principal de la Tercera Orden Franciscana.

Elsa Lorences de Llaneza

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